ORACION
Señor
Jesús, que por amor a todos, nos has llamado a continuar, desde nuestra
familia, tu misión redentora en el mundo.
Oh
Padre, ¡bendito sea tu nombre por siempre!
Con
un corazón humilde y con las manos abiertas ante ti, agradecemos el don de la
vida; pero, sobre todo, la vocación bautismal, que nos llama a vivir como hijos
tuyos y hermanos de Jesucristo.
Guiados
por el Espíritu Santo, con libertad y confianza, te decimos a ti, Redentor
nuestro: haznos fuertes en la fe, para dar testimonio a todos de que tú eres lo
mejor de nuestra vida.
Que
vivamos siempre alegres en la esperanza, para anunciar que la Redención es
abundante para todos, especialmente para los más abandonados, los pobres.
Que
seamos incansables en la caridad, para servir a todos con un corazón generoso y
creativo.
Danos,
también, una sincera humildad que nos haga conscientes de que te necesitamos
siempre y de que no podemos hacer nada sin ti.
Que
este año vocacional misionero redentorista, también despierte nuestras familias
a tu llamada, Señor, ante todo aquello que amenaza la dignidad de la vida
humana, especialmente a los jóvenes y que seamos auténticos colaboradores y
miembros de la gran familia de los Misioneros Redentoristas, es decir:
testigos
y misioneros de la gran obra de la Redención.
Que
San Alfonso y Ntra. Madre del Perpetuo Socorro nos acompañen y nos mantengan
fieles a la MISIÓN. Amén.